jueves, 23 de febrero de 2017

Chistes buenos.


  • Era un tipo que llega al campo de golf muy preparado, con vestimenta, palos, equipación completa. En esto que llega al hoyo y ahí se pone a tratar de golpear la bola con un estilo francamente deprimente. Lo intenta una y otra vez pero ni siquiera le daba dado a la bola. De hecho se cayó de culo. En esto que uno le pregunta: -¿En serio que sabe jugar a esto? -Claro que sí, no me ofenda, soy un gran aficionado, entreno mucho y hasta escribí un libro muy vendido. -Ah perdone, no lo sabía, ¿y cómo se llama? -El golf y la madre que lo parió.

  • Era una empresa que se decidió a hacer grandes cambios, y por eso llegó el gerente general nuevo, que ya el primer día tomó cartas en el asunto y se puso a inspeccionar, eso sí, bien acompañado de colaboradores. En la planta todos trabajaban salvo un muchacho apoyado en la pared y con las manos en los bolsillos. El nuevo gerente vio una oportunidad perfecta para demostrar sus cualidades y exponer la nueva filosofía de la empresa. -¿A ver tú, cuanto ganas al mes? -400 euros, ¿por qué? El gerente ni le contestó. Sacó 400 euros del bolsillo y se los dio: -Aquí tienes el sueldo del mes, desaparece de mi vista y no vuelvas más. El gerente sacó pecho y cuando se fue el chico preguntó: -¿Por cierto, saben que es lo que hacía? -Nada, solo era el repartidor de la pizza.

  • Esto era un tipo de negocios que llegó a una gran reunión, de estas donde las formas son muy importantes, el protocolo y todo esto. Y de repente le entran ganas de tirarse un pedo. Menuda liada porque no se da aguantado ni puede irse a otro lado así que suelta el cuesco y para disimular de alguna manera se pone a toser. Al mismo tiempo tiene la mala suerte que le sale un garbajo, le pica la garganta y luego no te lo pierdas porque al estornudar finalmente acaba con los mocos colgándole de la nariz. Sin otra alternativa se los sorbe, pero como eran tan gordos le entran nauseas y acaba vomitando.

  • Esto era una feria de ganado donde había un tipo junto a un burro que hablaba y prometía mil euros para quién hiciera reír al burro. La gente hacía cola para probar suerte pero ninguno lo conseguía hasta que finalmente apareció un hombre bajito que parecía medio tonto y logró hacerlo reír tras decirle algo al oído. Tras los aplausos el tipo le pagó. Al día siguiente el mismo panorama pero el cartel ahora decía que se concedía el premio de mil euros a quién hiciera llorar al burro. También apareció el hombre bajito y también logró hacerlo llorar tras susurrarle algo. El tipo no pudo más y le preguntó: -¿Qué le has dicho al burro ayer? -Le dije que la tenía más grande que él. -Vaya, y ¿hoy? -Se la enseñé.


  • El director del banco sabía que su secretario se iba todos los días de 11 a 1 pero no tenía ni idea en que perdía el tiempo, así que se decidió a contratar a un investigador privado, que finalmente llegó con los resultados de la investigación y dijo: -Como bien dice el informe y viene en las pruebas aportadas, todos los días sale a las 11 del banco y regresa a la 1, siempre a la misma hora. Coge su coche, se va a su casa, le hace el amor a su mujer y luego fuma uno de sus puros. -¿En serio? Menos mal, pensé que estaría haciendo algo mucho peor. -Creo que no me ha entendido bien. Permíteme que te tutee: El secretario coge tu coche, le hace el amor a tu mujer y se fuma tu puro.

  • Esto eran Pepe y Antonio, dos amigos del alma que lamentablemente se mueren, y curiosamente uno e va al cielo y otro al infierno. Un día, Pepe baja del cielo a visitar a su amigo Antonio en el infierno y se queda muy sorprendido: -De verdad Antonio que no me esperaba esto. Yo siempre fui muy correcto en todo y me gané el cielo. Allí no hay nada y aquí veo que tenéis bebida, mujeres y menudas fiestas. -Que bah Pepe... esto no es lo que te imaginas. Aquí me tienes rodeado con mucha bebida y copas que en realidad están agujereadas y no se puede beber por ellas... imagínate, ¡ni una gota! -¿Y esas chicas tan lindas? -Bueno... eso mucho peor todavía. Ninguna tiene agujero.

  • Esto era un gallego que fue por primera vez a una pelea de gallos en Mexico. No tenía mucha idea pero se decidió a apostar. Había allí uno que parecía que entendía y le dijo: -¿Usted sabe cual es el gallo bueno? -Sí claro, el gallo bueno es el blanco. El gallego se fue a donde las apuestas y allí invirtió su dinero. Pero la cosa no salió bien porque justamente el gallo blanco acabó destrozado, muerto. El gallego se acercó al mexicano y le dijo: -Pues menos mal que sabía cual es el bueno, menuda paliza, ¿cómo me dice que es el bueno? -Es la verdad, el blanco es el bueno. El malo es el negro, un auténtico asesino.

  • Había un hombre que no podía tener hijos y en esto que fue al médico para ver si podía ayudarlo. El médico, para poder diagnosticar necesitaba ciertas pruebas así que le dio un tarro y lo mandó para casa, con la idea que vuelva al cabo de 5 días y traiga el tarro lleno de semen. En la consulta el paciente confiesa: -Verá doctor Prieto, no hay manera... Ha probado primero con la mano derecha, y nada... Luego con la mano izquierda y peor todavía. Pedí ayuda y mi mujer con las 2 manos, pero no había manera. !Hasta colaboró mi suegra con los dientes! Pero no hubo manera de abrir el tarro.


  • Pedro y Juan eran dos leñadores que en plena fanea tienen un accidente donde Pedro se corta un brazo. Juan lo lleva al hospital y lleva también el brazo en una bolsa. Al día siguiente encuentra a Pedro todo recuperado y jugando al tenis. ¡Caramba con la tecnología! Al siguiente día otro accidente donde Pedro se corta una pierna. Juan lleva a Pedro y a su pierna al hospital y al día siguiente lo ve jugando al fútbol. ¡Caramba con la tecnología! Otro día sucede que esta vez se corta la cabeza. Juan lleva el cuerpo al hospital y la cabeza metida en la bolsa. Al día siguiente contaba con Juan pero como no venía fue al hospital y le dijeron: -Se hubiera salvado pero un idiota metió la cabeza en una bolsa y se asfixió.

  • Era una pareja de españoles que va a Nueva York, y donde el marido hablaba el inglés y ella no. En la aduana el empleado les pregunta: -Buenos días y bienvenidos. ¿Podrían entregarme la documentación? La mujer que no entendía nada pregunta: -Mi amor, ¿qué ha dicho? -Me ha pedido los papeles. -¿Tienen algo que declarar? -No, absolutamente nada. La mujer pregunta y el marido le traduce algo molesto. -¿De dónde vienen ustedes? -Somos españoles. La mujer: -Cariño, ¿qué ha dicho? -Pregunta de donde venimos. -¡España! Yo estuve unos días allí hace tiempo. Magnífico país, con muy buen clima y rica comida. Conocí a una mujer insoportable, no me dejaba en paz, muy pesada, me interrumpía, hablaba y hablaba y en la cama fatal. -¿Qué ha dicho cielo? -Dice que te conoce.

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